sábado, 25 de marzo de 2017

LA VENERACIÓN AL CRISTO NEGRO SEÑOR DE ESQUIPULAS

El Cristo negro denominado comúnmente Señor de Esquipulas es la representación del Crucificado en el momento de su muerte en la Cruz, es originario de la región de Chiquimula en el actual país de Guatemala. Su veneración se ha constituido desde hace ya 400 años por un sinnúmero de personas que han recibido de él, enormes gracias extraordinarias, favores, curaciones y milagros.


            Desde la llegada a Teapa el 14 de enero de 1779 quedó identificada y profundamente arraigada la devoción al Cristo, de ésta imagen fundadora no tenemos dato alguno de su pervivencia en Teapa y si logró cruzar el siglo XIX en los constantes vaivenes vividos en la provincia a favor de la Independencia y los ataques extranjeros causados por las intestinas invasiones de otros países. Sin embargo, ante los datos referidos por otros viajeros podemos tener una idea de cómo era esta imagen: “siete pies de largo, negro como el carbón, y cubierto de heridas semejantes a emplastos de lacre. Este monstruoso ídolo tiene la cabeza cubierta con una enorme peluca rubia de mujer, que hace un contraste de los más grotescos con el cuerpo de ébano del hijo de Dios y su gesticulante rostro.” Sin duda esta visión de un visitante alemán nos detalla cómo estaba originalmente la escultura de Esquipulas.

            El paso del tiempo habiendo deteriorado la imagen, fue necesaria reemplazarla con otra, también originaria de Guatemala, pues siempre se ha identificado éste país por sus tallas artesanales en la elaboración de imaginería religiosa. Ésta última talla fue quemada durante el garridismo y su cruz aún se conserva en una localidad cercana a Teapa perteneciente al vecino estado de Chiapas. La última que poseemos actualmente fue una donación realizada por don Lorenzo Mollinedo a la iglesia del barrio para remplazar aquella que fue quemada por los anticlericales.


            Las festividades mismas dieron origen a las ferias de barrio, mismas que apoyadas por los Ayuntamientos daban un aspecto recreativo al pueblo y servía asimismo como centro comercial donde llegaban de diversos lugares vendedores trayendo sus productos para efectuar el intercambio, trueque o venta.

            Esquipulas como primer barrio de la ciudad de Santiago de Teapa fue también un centro social donde convivieron diversas culturas emanadas de su identidad histórica, a saber: los indígenas zoques que trabajaron mucho por las festividades religiosas especialmente la de mayo; los negro, pardos y mestizos hicieron lo propio con la festividad de Esquipulas y las familias de hacendados y ricos comerciantes transformaron la fisonomía del barrio aportando económicamente para la edificación de casas y la misma Iglesia.


            Año con año la fiesta de Esquipulas ha sobrevivido a los cambios del tiempo, de ideologías, de pastoral y forma, pero su esencia permanece aún en las personas que se acercan a vivir todo los nueve días de peregrinación, oración y celebración en recuerdo y sin él de una peregrinación histórica desde hace 236 años llegada a éstas tierras teapanecas.

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